martes, 5 de junio de 2012

La Playa

El fin de semana volví a esa playa que tanto me gusta, fue como una lluvia de recuerdos debido a la cantidad de tiempo que no había podido visitarla. Me desperté temprano en la mañana y bajé a contemplar la sabiduría del mar. Me senté en la arena frente al reventar de las olas, y comenzaron a aparecer las imágenes en mi mente.

Todos los días nos juntábamos en la plaza de la villa después de almuerzo, cada uno con su toalla, y partíamos rumbo al mar, al llegar a la costa y luego de 20 minutos de caminata, no precisamente porque fuera mucha la distancia, sino que por lo apasionados que éramos parábamos en todos los lugares que nos proporcionaran un poco de intimidad para aprovechar algún beso o agarrón sorpresivo, ¡Cómo me encantaba esa complicidad!.

Ya de frente al mar, nos poníamos a caminar por la costa en dirección al norte, ya que sabíamos que luego de otros 30 minutos de caminata, esta vez sin paradas, llegaríamos a algún lugar más privado. Ya podíamos ver la duna que nos amparaba cada día, llegábamos, y estirábamos una toalla para usarla de cubre arena, la otra era para cubrir nuestros cuerpos que rápidamente quedaban despojados de sus ropas. Escondíamos tu bikini y mi short entre la toalla y la arena y comenzaba nuestra sesión diaria de pasión, como adoraba esos días, ¡Cómo me encantaba tu cuerpo apretado, contorneado y juvenil!.

Mi parte favorita era cuando para tu tranquilidad, y luego de finalizar nuestra tarde de descontrol, te ponías sobre mis rodillas y me dabas el número del día del calendario para recibir tus nalgadas por ser una chica tan pilla. Te encantaba jugar a ser una pequeña niña mal criada, pero te encantaba más cuando a fin de mes tu trasero enrojecido era consolado por unas caricias posteriores al juego, y especialmente cuando perdía mis dedos entre los misterios de tu cuerpo.

En ese momento abrí mis ojos, y me encontré con esa playa desierta, era temporada baja y los turistas se encontraban en sus labores. Caminé hasta el lugar que nos amparaba todos los días, me senté nuevamente y comencé a recordar ese día en especial, el de tu cumpleaños...

Continuará



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